ALTA y la Resolución 144/2020 de la ANAC (Argentina)
Lunes, 27 Abril 2020

ALTA y la Resolución 144/2020 de la ANAC (Argentina)

El Consejo Internacional de Aeropuertos - Latinoamérica (ACI-LAC), la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) hacen un llamado urgente a las autoridades argentinas sobre el riesgo inminente y sustancial que representa la Resolución 144/2020 (Autorización Transporte de Pasajeros), que restringe la operación de la aviación en el país hasta el 1º de setiembre de 2020. Esta decisión afecta directamente a toda la industria aérea en Argentina y la región, aerolíneas domésticas e internacionales, sectores de negocios, comercio, turismo y afines del país. El riesgo de supervivencia que enfrentarán las aerolíneas bajo esta resolución pone en peligro miles de empleos en el país, la conectividad de Argentina con el mundo, así como la conectividad interna que es vital para el transporte de insumos esenciales y para el bienestar económico y social de la nación. Comunicado conjunto ACI LAC, ALTA, IATA - 27 abril2020.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (En cuarentena en decadencia)

No dudo en calificar de impertinente el comunicado de ALTA cuyos principales párrafos conforman el copete de la nota.

Me resisto a calificar como “pandemia” a esta invasión universal del COVID 19 y prefiero hablar de una suma de “epidemias”.

Si se tratara de una pandemia debería haberse creado un comité especializado universal  para unificar los criterios para enfrentar a la enfermedad, incluso pienso que se debería haber conformado un fondo para financiar las medidas necesarias, ya que hay países sumergidos en pobrezas extremas que carecen de los recursos para tal fin.

Sin embargo este virus se reduce a “epidemias” que cada país las trata según su real saber y entender, y también buscando sacar el respectivo provecho electoral. Por ello se notan sobreactuaciones y declaraciones enfáticas, como si de ese modo se acreditara una idoneidad inexistente.

Pienso que se han tomado medidas con altos niveles de desmesura, dado que largas cuarentenas tienen no solo muy malas consecuencias para la economía, sino también para la salud. La vida sedentaria a la que empuja la “cuarentena” tiene efectos muy negativos para la salud, en especial para los enfermos cardíacos.

Con esta introducción creo que queda bien clara cuál es mi posición, toda cuarentena debe ser muy prolijamente diseñada, estimar su duración aproximada y su costo fiscal. En la Argentina, tenemos la impresión que políticamente se actuó a la bartola, es decir no se ponderaron las consecuencias que ya estamos sufriendo, en especial su ya larga duración.

El termómetro de la economía marca un  precio del dólar un 75% arriba de su precio oficial. Nada más que decir.

El transporte aéreo tuvo una buena noticia políticamente hablando, dado que la ANAC fijó una fecha para la reanudación de la actividad, dándole certeza a lo que parecía una suspensión sin plazo.

Las autoridades argentinas, no quiero decir que esté de acuerdo, estiman esa fecha como referencia para señalar una total o casi total vuelta a la normalidad.

Esa fecha facilitará a todas las líneas aéreas que operan en el país para que realicen y pongan en práctica sus programas de reactivación. Además quedan habilitadas para comercializar billetes para vuelos a realizarse a partir del 1º de setiembre.

Esa fecha podría ser demorada o adelantada según evolucione la epidemia en el país y en la región. Habrá que ver asimismo cuando se abren las fronteras y con qué alcance.

En el campo de la medicina y de la biología, hay estimaciones más bien pesimistas en cuanto a que el famoso “pico” se va alejando, lo que alienta la prolongación de las medidas preventivas, más allá de su acierto. Más aún podría ser posible que ese pico no llegue nunca. En su libro  “El cisne negro”, Nassim Taleb advierte sobre los pronósticos errados y dice: “Lo sorprendente no es la magnitud de nuestros errores de predicción, sino la falta de conciencia que tenemos de ello”.

El comunicado de ALTA camina por lugares comunes, hace mérito de supuestas noblezas de intenciones para alarmar sobre las consecuencias negativas que tiene la decisión de restringir el transporte aéreo hasta el 31 de agosto. Luego se refiere al riesgo de supervivencia de las líneas aéreas y a la consecuente pérdida de empleos, como si antes de la epidemia no hubieran quebrado varias empresas de transporte aéreo, de turismo y de fabricación de calzoncillos…

Hay líneas aéreas que estaban condenadas antes de la epidemia, y es probable que alguna de ellas se beneficie con salvatajes provenientes de los estados que es en definitiva lo que está en el trasfondo de la protesta.

Sería bueno que el transporte aéreo haga su crítica, en especial en cuanto a la guerra tarifaria que ha generado un mercado altamente demandable, pero absolutamente insustentable como surge de la mayoría de los balances a los  que se  puede  acceder por internet.

El transporte aéreo viene reclamando contra el monto de las tasas de los servicios aeroportuarios y de los precios de otros servicios, asi como las imposiciones fiscales, pero insisten en ofrecer tarifas que fríamente analizadas no cubren los costos, lo que marca que hay un exceso de oferta.

Los malabarismos financieros permiten no sólo ocultar los vicios, sino además satisfacer al mercado de capitales con el pago de dividendos que sólo tienen fundamento financiero. Se preservan salarios en niveles ejecutivos que carecen de relación con el resultado económico real de las líneas aéreas.

En fin, en estos días es tiempo de reflexión y sentar las bases de un nuevo gerenciamiento de las empresas aéreas, con participación de su personal y ajustando los derechos y obligaciones a la factibilidad del negocio de cada empresa.

Es tiempo de cambios y debemos pensar desde el futuro, no desde un pasado que ya no nos sirve. Esa es la experiencia que debemos aprovechar. Debemos aceptar que vivimos una época de incertidumbres, por eso el gerenciamiento debe ser participativo como modo también de resolver la conflictividad de intereses que también ha destruido empresas, y cuando ello ocurre las culpas siempre son compartidas, como fue el largo conflicto que de hecho terminó con una línea aérea en nuestra región

La resolución 144 precisa una fecha, genera una certeza, existe un margen de variación hacia atrás o hacia adelante, según evolucione el famoso virus y el transporte aéreo deberá aceptarla.

Por otra parte el daño ya está hecho, habrá empresas que desaparecerán y otras que disminuirán su dotación, pero la enfermedad o epidemia económica de varias empresas era preexistente y el corona virus será el chivo expiatorio que esconderá los errores cometidos por ejecutivos que recibieron excelentes e injustificables remuneraciones.

Las dos resoluciones las 143 y la 144 generan otras dudas que hemos señalados en el PDA, sobre eso ALTA guardó prudente silencio.

Portal de América

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