Nos estamos yendo de San Carlos de Bariloche
Miércoles, 16 Octubre 2019

Nos estamos yendo de San Carlos de Bariloche

Esta nota la escribí el 1º de octubre en el aeropuerto de San Carlos de Bariloche, “Teniente Luis Candelaria”, que en abril de 1918 cruzó en aeroplano la cordillera de los Andes por primera vez partiendo desde Zapala hacia el lado chileno. Un empleado del aeropuerto me dijo que el vuelo demoró unas tres horas, pero no recordaba en que ciudad chilena había aterrizado. La verdad tampoco lo averigüe.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde  el aeropuerto de San Carlos de Bariloche

Una vez más estamos esperando nuestro vuelo de Aerolíneas Argentinas 1699 que nos llevará al aeroparque de la ciudad de Buenos Aires.

No puedo negar que esta espera nos llena de nostalgia y ya estamos pensando con Claudia, mi mujer, en regresar a la brevedad y comenzamos a planear nuestro próximo viaje.

Gracias a Dios uno es dueño de sus recuerdos y en cada uno de ellos nos llevamos un rincón de esta bella zona. Puede ser el lago Escondido, el Espejo, obviamente el Nahuel Huapi, el Huechulafquen en el parque Lanín, su guardián siempre alerta, el volcán que le da el nombre a la zona y que atrae por su elegante estampa.

Nuestra última estadía fue en el Llao Llao en el ala Bustillo con vista al lago Moreno. El último día de septiembre nos regaló con una impensada nevada que nos impidió viajar hasta el lago Puelo, pero que nos permitió disfrutar de los servicios que ofrece el hotel. La otra ala se llama Moreno, son todas habitaciones de lujo cuyo precio base por noche  arranca en los u$s 600,00 y pico, más IVA. Nos decían en recepción que la ocupación promedio ronda el 60% y se estima un ingreso promedio por habitación de u$s 500 por día.

Obviamente hay ofertas que para Noviembre  tomando el tipo de cambio de la fecha (1 de octubre) se puede conseguir alojamiento en habitación doble por u$s 200 más IVA por noche.

Consultamos en varios establecimientos de tres estrellas tanto de Bariloche como en San Martin de los Andes, se estima que la zona será un destino muy competitivo para el próximo verano. Un experimentado hotelero de la zona me decía que una familia tipo podría pasar diez días en la zona con un presupuesto diario de u$s 170 por día, con esa suma se cubriría alojamiento, comidas y consumo de nafta para los que viajaran con movilidad propia. Esa estimación estaba hecha sobre la base de un tipo de cambio entre $ 60/65 por dólar. La nafta premium cuesta un 10% menos que en Buenos Aires y el gasoil premium un 10% más.

Desde el Llao Llao viajamos hasta el aeropuerto, unos 45 Km por el tradicional circuito chico  que, suele ser la primera excursión para el turista novato.  Obviamente nos detuvimos en el famoso Mirador que está casi al final del recorrido, partiendo desde Llao LLao. Desde allí se divisa el propio hotel, el Lago Nahuel Huapi, Puerto Pañuelo construido en la década del 60, paisaje que constituye una caricia a la vista y al espíritu.

Luego nos detuvimos en la laguna El Trébol que justo en ese momento el sol la iluminó a pleno lo que nos permitió disfrutar de otro de los bonitos paisajes que nos ofrece el Sur Oeste argentino.

Entramos a Bariloche por la llamada “ruta del Faldeo” y luego del forzado pasé por “Rapanui”, de la familia Fenoglio, en la esquina de Mitre y Villegas en diagonal con las oficinas de Aerolíneas Argentinas.

En esa esquina en la que antes funcionaba la confitería “Italia”, en el subsuelo tenía alquiladas dos oficinas en las que funcionó  nuestro estudio de abogados durante un lapso de unos seis años. El otro local lo rentaba un tal Malagola que era el peluquero  más famoso de la época, para varones. Más de una vez yo era el primer cliente del día, sea para afeitarme o bien arreglarme mi desprolijo pelo.

Hice mención a Rapanui, dado que conocí a Aldo Fenoglio allá hacia fines de 1960, su fundador y cada vez que nos encontrábamos me contaba una nueva anécdota de su vida y su llegada a Bariloche en 1945 ó 46, cuando la ciudad no llegaba a los diez mil habitantes. A propósito, yo fui el abogado numero 9 cuando comencé a trabajar en la ciudad sumándome a Carlos Ginés Miralles, Pedro Oria, Terán Frías, Eduardo Aguilar, la señora Leberle, Osvaldo Alvarez Guerrero que luego sería gobernador de la Provincia en 1983, Edgard Garcia Sanchez y Pedro Lema. Un recuerdo para todos ellos con quienes habíamos  conformado una genuina comunidad de respeto personal y profesional, más allá de lógicos chispazos que rápidamente quedaban en el olvido

Seguimos viaje al Aeropuerto, con algo de apremio ya que teníamos que devolver el auto a las 13.00. Llegamos bien.

Mientras escribo esta nota en el bar que está en el sector de “pre embarque” me llama la atención, lo precario de la atención. Había solo dos personas para atender más o menos  a 200 y pico personas ya que se habían juntado los pasajeros de dos vuelos, la oferta o carta de productos muy escasa.

Es obvio que los servicios ofrecidos a bordo se han reducido a lo mínimo, las llamadas “low cost” los comercializan como “ancillary”, asi que suponía que el bar del aeropuerto podría ofrecer una mejor carta con precios más competitivos.

En esta época del año el aeropuerto tiene un movimiento promedio de 15 llegadas con sus respectivas partidas, lo que debe suponer un tránsito mínimo  de cinco mil pasajeros diarios, pensando en esa perspectiva parecería que no hay mercado para una mejor oferta de meriendas y comidas.

Intentamos averiguar si los explotadores o concesionarios de los locales existentes, pagan un canon o alquiler fijo o variable según el movimiento de pasajeros, pero no logramos tener una respuesta.

Por último la señalética para llegar al aeropuerto es mínima y en el punto decisivo donde se bifurca la ruta, una de cuyas salidas lleva al Aeropuerto, no está indicada, como suele ocurrir tomamos para el lado equivocado y tuvimos que retomar; no fuimos los únicos…en mi caso lo grave es que conozco la zona.

Ya nos están llamando para embarcar, asi que es la hora de guardar mi Ipad y les recuerdo todas estas bellezas están a solo 1.600 Km de Buenos Aires que en auto se pueden hacer en dos etapas, en mis jóvenes épocas, las hacía de un tirón junto a Jose Biancucci, hijo, uno de mis principales clientes, del que algún día contaré su historia que es parte de la historia de la zona.

Último llamado para el vuelo 1699….

Portal de América

Comentarios  

Muy buenas sus narraciones de viaje Luis.
Me encanta leerlas

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