por Sergio Antonio Herrera
Le preguntamos a Rosselli si podía introducirnos en el tema y su respuesta fue:
"Un volcán en erupción produce cenizas que son empujadas hacia las capas superiores de la atmósfera donde los vientos en altitud las distribuyen y tienen efectos de enormes consecuencias.
Encontrarse con ceniza volcánica no es común, pero ha sucedido con cierta regularidad y en las dos últimas décadas han habido cerca de 100 casos en todo el mundo.
En 1987 se estableció un sistema mundial de advertencia y vigilancia de volcanes en las aerovías internacionales.
Hay nueve centros de avisos de cenizas volcánicas que están observando continuamente los volcanes desde observatorios y satélites.
Las aeronaves turbojet son extramadamente susceptibles a la ceniza volcánica provocando fallas de motor llegando al apagado, así como también humo y polvo en las cabinas con olores similares a los de humo eléctrico.
En lo que tiene que ver con la historia de los incidentes a causa de la ceniza volcánica, en 1982 un Boeing 747 de British Airways tuvo fallas en sus cuatro motores a 37.000 pies cuando se dirigía a Perth (Australia) desde la ciudad de Kuala Lumpur (Malasia).
Durante 16 minutos la aeronave descendió sin empuje, el piloto pudo efectuar un reencendido de tres motores y aterrizar de emergencia en Jakarta (Indonesia).
En 1989, un Boeing 747 de KLM que volaba de Amsterdam a Anchorage sobrevolando el Polo Norte, experimentó una falla total de sus cuatro motores debido a una pérdida en los compresores del motor.
Una vez que salieron de volar por la zona afectada, pudieron reencender los motores y efectuar un aterrizaje seguro en Anchorage.
La primera recomendación y la más importante en cuanto a la ceniza volcánica es tratar de evitarla.
Una buena planificación del vuelo es vital, buscando rutas alternativas y suministrando buena información a la tripulación.
Los pilotos deben recordar que el uso del radar meteorológico es inefectivo para estos casos".
Luego de esta excelente introducción de Rosselli, compartimos con ustedes un trabajo tomado del sitio http://expresionextrema.blogspot.com, quienes citan como Fuentes a: Wikipedia, La Enciclopedia Libre version en ingles; Aviation Safety Network; USGS Science For a Changing World y a www.flightglobal.com
La gran proeza aérea de los pilotos del vuelo 867 de KLM
Los pilotos de todas las lineas aereas en el mundo saben que es muy peligroso volar entre nubes, es por eso que siempre llevan equipos de radar de última generacion en las cabinas de mandos a bordo, así saben qué es lo que van a enfrentar a la hora de volar a una formacion nubosa de mucha densidad.
Pero aún existe el problema de que las nubes de ceniza volcánica no pueden ser detectadas al radar que las interpreta como nubes normales, y esto supone un peligro para los aviones a reacción dado que las cenizas pueden llegar a ahogar los motores, y si los pilotos no reaccionan a tiempo las consecuencias son desastrosas.
Lo que a continuacion verán es de cómo los pilotos de un 747 holandés se metieron a una nube de cenizas volcánicas, y de los momentos de tensión que vivieron antes de poder salir adelante y salvar no sólo sus propias vidas sino la de todos sus pasajeros, es la heróica historia del vuelo 867 de KLM.
KLM Royal Dutch Airlines es la aerolinea de bandera de Holanda, es la aerolinea mas antigüa y actualmente la mas grande del mundo y al fusionarse con la francesa Air France se volvió aún mas grande.
Sus grandes aviones de color azúl surcan los cielos de Europa y de todo el mundo llevando la Corona Holandesa a cada rincón al que viajan.
Estamos en pleno vuelo sobre la Península de Alaska, que como todos sabemos es parte de los Estados Unidos, la fecha es el 15 de Diciembre de 1989, acercandose a la ciudad de Anchorage, capital de Alaska está un Boeing 747-406M de la aerolinea holandesa KLM Royal Dutch Airlines, proviene del aeropuerto internacional de Schiphol, en Amsterdam, Holanda, su detino final es el aeropuerto internacional de Narita en Tokio, Japón, y tiene escala en la yá cercana Anchorage.
El avion que cubre el vuelo 867 es el primer Boeing 747-400 fabricado en el mundo como version combi, o sea que en la misma cubierta van pasajeros y carga aerea, separadas una de otra por un mamparo, y la KLM lo posee junto a otros aviones 747 de ese tipo.
A bordo del imenso avion con matricula PH-BFC y bautizado como Calgary vienen 231 pasajeros que son atendidos por 11 sobrecargos, al frente de los mandos del aparato está el capitan Karl van der Elst, como primer oficial está Imme Viascher y como ingeniero de vuelo está Waltar Vuurbomm, ya están preparandose para que la aeronave comience a descender, y mantienen la comunicacion con el control terrestre de Anchorage.
Pero en lo que hacen esa maniobra súbitamente ven en los parabrisas algo así como trazos electricos, al mismo tiempo los motores despedian un raro fulgor, y dentro del avion se empieza a sentir un olor a algo quemado mezclado con azufre.
La comunicacion entre cabina y control terrestre giraba en torno a lo que pasaba con el Monte Redoubt que ya tenia unas 10 horas de haber hecho erupción, aqui parte de las conversaciones:
---Control de Anchorage: ¿Pueden ver cenizas volcánicas ahora?
---Capitan van der Elst: Si señor, podrian ser cenizas, se vén mas oscuras que las nubes normales.
---Primer oficial Viascher: Señor debemos ir a la izquierda... esto [la cabina] se llena de cenizas.
---Control de Anchorage: de acuerdo KLM 867, a la izquierda a discrecion.
---Capitan van der Elst: Subiendo a nivel 390 (39, 000 pies de altitud, estamos en una nube negra... ¡se nos fueron los cuatro motores, tenemos descenso...!.
---Control de Anchorage sorprendidos: ¿KLM 867?.
---Capitan van der Elst: ¡Estamos descendiendo, estamos cayendo ahora!, ¡denos vectores de llegada por favor, necesitamos toda la ayuda que puedan darnos!.
Los pilotos yá estaban dentro de una nube de cenizas volcánicas, el ingeniero de vuelo Vuurbomm veia impotente cómo uno por uno los cuatro motores General Electric del aparato se iban apagando apenas a 15 segundos de haber entrado a esa nube, el capitan van der Elst debió tomar una difícil decisión: tenia que dar la alerta a Anchorage, se habian quedado sin motores.
Al capitan van der Elst le pasó por la cabeza un incidente que habia pasado unos 7 años atrás cuando en 1982 en pleno vuelo cerca de Indonesia otro 747 de la British Airways se metió en una nube volcánica del Monte Galunggung, los cuatro motores fallaron y tras una denodada batalla para reiniciarlos los pilotos lograron llegar al aeropuerto de Yakarta, lo único dañado fué el avion que quedó lijado casi en su totalidad por efecto de esas cenizas, ademas de los daños a los motores.
Como los motores se pararon no habia energia electrica para que la radio funcionara, pero un generador de emergencia fue activado, por medio de él se mandó un llamado de emergencia a Anchorage mencionando la situacion.
En Anchorage la noticia se recibió con sorpresa, asi que trataron de ayudar al vuelo 867 en lo que pudieran.
Mientras tanto el capitan van der Elst estaba haciendo todo lo humanamente posible para que el avion se recobrara, sus hombres recitaban una y otra vez la lista de reinicio de los motores sin obtener resultado, el ingeniero de vuelo Vuurbomm no despegaba los ojos de los indicadores de los motores para ver algo, cualquier cosa que le indicara que volvian a la vida.
No pasaba nada, en la seccion de pasajeros habia media luz a causa del generador de emergencia, todos los pasajeros estaban como estáticos y no pocos estaban asustados, no concebian que estuviera pasando esto.
En cabina de mandos los pilotos recitaban una y otra vez la letanía de instrucciones para reiniciar los motores, apagaban todo, encendian, esperaban, fallaba, y vuelta a empezar... hasta que el ingeniero de vuelo Vuurbomm detectó un leve movimiento en uno de los indicadores, volvieron a reiniciar...
Con un rugido lento pero esperanzador uno de los motores volvió a la vida, siguieron los otros tres pero en cierto momento uno de ellos empezó a fallar otra vez, fue apagado y con tres motores el 747 daba inicio a la llegada a Anchorage.
En tierra los equipos de rescate esperaban espectantes, de pronto las luces del imenso 747 se hacen ver, poco a poco se fue acercando... aterriza... por fin en tierra.
Los pilotos se aseguran de que los pasajeros hayan salido del aparato y abandonan la aeronave para revisarla, y lo que hallan es sorprendente, el aparato quedó lijado por todas partes, el parabrisas quedó dañado y aún así lograron hacer que llegue a tierra, revisaron los motores, tenian plastas de ceniza volcánica, apenas y sí trabajaban bien.
Pero estaban vivos, y eso era lo que contaba, el aparato quedó con daños que costarían en su época unos 80 millones de dólares, pero al final fue rescatado para que siguiera volando.
Los pilotos regresaron a Holanda convertidos en héroes por haber llevado a feliz término el vuelo 867, en cuanto a los pasajeros pudieron subir a otro avion de la KLM para continuar su interrumpido vuelo a Japón.
En cuanto al 747 dañado se le hicieron reparaciones totales, pintura, motores, bueno, todo, y aún sigue volando, en la década de los 90s formó parte de una filial llamada KLM Asia pero ya desapareció, aún conserva los colores de KLM Asia.
Toda una proeza aerea, 245 almas estaban en peligro, pero un trío de valientes logró la hazaña, enhorabuena.
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