(Yo critico y descalifico pero no me pidan que dé la cara), "ya veo que las opiniones tienen censura"...
Lunes, 30 Mayo 2011

La pasada semana, mientras estaba en Colombia, vi que había ingresado un comentario a nuestra web, acerca de La Pasiva, recientemente inaugurada en Buenos Aires. El sistema pide autorización del administrador para publicar cada opinión de los lectores. Parece increíble que algo tan simple como esta acción sea tan difícil de entender para algunas personas.
por Sergio Antonio Herrera, @Del PDA en Twitter
Hubiese querido dedicar este espacio a algo tan gratificante como fue el "septimazo"que pude darme en Bogotá, pero, precisamente, en estos días que tanto nos ocupamos del papel del periodista de turismo, quiero mostrar con un ejemplo concreto, una de las aristas muy importantes de esta profesión, la cual pasa por el cuidado de la noticia, por el respeto a los diferentes actores y por analizar y chequear todas y cada una de las versiones que llegan a nuestra mesa de trabajo.
Sería muy fácil en primera instancia, ejercer el "copio y pego", sin pensar en las derivaciones que puede generar la información divulgada.
El 90% al menos, de lops comentarios efectuados para criticar una gestión o un servicio, son enviados a este medio, desde supùestas casillas de correo que al primer intento nuestro por verificarlas, comprobamos su inexistencia.
Hace unos cuantos días, un aparentemente valeroso opinólogo de Pluna, que me insultaba en su comentario, cuando lo invité a tomar un café y discutir su teoría, contestó que bueno, que quizás, que me llamaba y nunca apareció.
El jueves pasado entonces, una vez que terminé de ayudar a Sebastian Sosa a cuidar el cero, desde la suite 446 del Crowne Plaza Tequendama, me dispuse a ingresar al administrador de esta página para seguir el trabajo a tiempo completo que hacemos quienes damos vida al PDA y me encontré, en el artículo editorial de ese día, dedicado a los feriados de junio, con un comentario firmado por Carla Garcia, aunque su dirección de e mail indicaría que se llama Teresa González. En el mismo, comenta su visita a la recientemente inaugurada La Pasiva, en Buenos Aires, sin tener en ningún momento en cuenta que fue a un local comercial, ubicado en la capital de un país democrático, en el que rige el derecho de la libre empresa.
Confunde la lectora lo que es un comercio con lo que es un país y en una parte "suave" de su comentario dice textualmente (sin corregir): "La pasiva es popular y es escencia Uruguaya nada de lo que ustedes señores están haciendo. Mi deseo es que pronto dejen de mentir a la gente que va a buscar ese cachito de Uruguay,esa que está por lo visto a años luz de ustedes."
Viendo el tenor del comentario, de inmediato pensé que para publicarlo, debía al menos saber quien era la autora y dejando expresa constancia que a pesar de haber sido invitado especialmente a la inauguración, aún no he podido visitar el nuevo local, por lo cual nada puedo opinar acerca de él, igualmente entendí que a veces hay sentimientos que se mezclan y que para un uruguayo radicado en el exterior, entre las cosas que se extrañan más, están el fútbol, la playa, el carnaval y...obviamente, los panchos con la mostaza amarga, entonces le dirigí el siguiente mensaje:
Estimada lectora: Para publicar un comentario como el suyo, debemos solicitarle se identifique, enviándonos una copia de su documento de identidad y forma de contactarla. Si usted nos responde, aportando esos datos, de inmediato daremos cumplimiento a su solicitud, en alguno de los artículos referidos al citado comercio. Saludos y gracias por leernos.
En el día de ayer, nos llegó la respuesta:
"Creo que lo que ud. pide Sr Herrera es algo que ya tiene cuándo entré a ese sitio y se me ofreció el espacio para mi opinión. De cualquier forma ya veo que las opiniones tienen censura algo por lo cuál no me interesa seguir un contacto . La censura es algo que me recuerda porque hoy estamos aquí tan cerca y tan lejos deseando que alguien nos traiga aunque sea un pedacito de lo nuestro. sin más saluda a Ud. una persona con una pequeña defraudación más."
Evidentemente, la señora Carla o Teresa, ha de estar muy enojada con el referido comercio y quiso, sin dar la cara, utilizarnos como medio, más que para la crítica, para la descalificación.
Acusarnos a nosotros de practicar la censura, para quienes nos siguen y nos conocen, puede sonar a demencial y mucho menos, tratándose de panchos o chivitos.
Una vez más, aunque sea desde el exterior, se ha pretendido practicar la uruguayez, criticar, descalificando. No somos censores ni cómplices, mucho menos de autores anónimos.
Carla o Teresa, podría haber visto publicado su comentario por entero, con solo enviarnos los datos solicitados. Nos vemos.
Portal de América