El turismo y la conflictividad
Miércoles, 23 Octubre 2019

El turismo y la conflictividad

La conflictividad social en Chile está poniendo en riesgo que el partido final de la Copa Libertadores de América se juegue en Santiago de Chile como estaba previsto, siendo posible que se traslade a la ciudad de Montevideo, al emblemático Centenario. En Barcelona, los negocios vinculados con el turismo están en zona de repliegue. Venezuela, por ahora dejó de ser destino turístico. Ya se empiezan a notar algunas caídas de reservas en Bolivia a partir de la incertidumbre generada por la suspensión del escrutinio de las elecciones realizadas el domingo pasado.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Si hay una relación de oposición crucial es la que se da entre el turismo y la inseguridad.

Cuando fue el atentado del 11S en Nueva York, durante un lapso relativamente prolongado se advirtió una disminución en los viajes aéreos.

Cuando hubo incidentes en Egipto y Turquía, los flujos de turismo se desviaron hacia España que se vio “favorecida” por la inseguridad de otros destinos vecinos.

Es obvio que lo mismo ocurrirá en varios países de Latinoamérica, que a las dificultades de desplazamiento por trámites migratorios de ingreso y salida, controles aduaneros a veces de extrema severidad, variedad de monedas y tipos de cambio, le agregamos esta dosis de inseguridad que en tiempo real se dispersa por todo el mundo, no auguran buenos tiempos para el turismo receptivo no solo de extra ZONA, sino asimismo de países limítrofes y de la región.

En el caso de Chile hubo medios que informaban que el toque de queda implicaba la aplicación de la ley marcial, lo que no deja de aterrorizar, porque son hechos que parecían sepultados en aquel viejo cajón de malos recuerdos.

Es cierto que no pretendo descubrir la pólvora cuando afirmo que la inseguridad espanta al turismo, pero mi intención va en otra dirección y tiene que ver lo que llamaría miopía, no solo en el análisis de las distintas realidades, sino además con la imposibilidad de asir el vertiginoso dinamismo en el que se viven los tiempos presentes.

El planeamiento se ha tornado en una actividad imposible dado que las circunstancias pueden cambiar de modo radical en un segundo.

Vuelvo al ejemplo del futbol, si la Conmebol tuviera que cambiar la sede  del partido final de la Copa Libertadores, ya habría una pérdida económica importante, ya que es obvio pensar  que caerán reservas hoteleras, de billetes aéreos y otros servicios que incluso hasta se podrían haber pagado por adelantado o parcialmente.

Objetivamente, y más allá de considerar si los hechos que están ocurriendo podrían ser considerados como “caso fortuito o fuerza mayor”, lo cierto es que perderá dinero, sea,  quien pagó o quien  debe reintegrar dinero, pero el lógico y fallido lucro, tenido en vista al suscribir los respectivos contratos, no es indemnizable ya que el derecho no garantiza ganancias.

Tampoco el mejor programa de algoritmos podría pronosticar la ocurrencia de estos “imprevistos” que en mi opinión no llegan a configurar la presencia de “cisnes negros”.

En el laudo dictado por el CIADI en el caso “AEROLÍNEAS ARGENTIMAS”, se analiza un aspecto que muchas veces no es tenido en cuenta y es el de la ligereza con que se hacen inversiones en países que tienen, como el nuestro, una larga tradición de incumplimientos o bien sin tener idea sobre su idiosincracia.

En materia de transporte aéreo no se puede negar que varios grupos empresarios están haciendo inversiones en Argentina, porque consideran que nuestro mercado tiene un gran potencial inmediato de crecimiento.

Ahora bien, si vamos a las estadísticas que miden los ingresos de la población y las condiciones sociales, veríamos que la remuneración promedio no llega a los u$s 500, que la pobreza incluye uno de cada tres argentinos, como piso y que creciendo con fundamentos serios y a un ritmo del 3% anual, se tardarían varios años no solo en mejorar el nivel de ingresos sino en la disminución de los niveles de pobreza.

A su vez si el país tuviera una dirigencia que permitiera ser optimista con relación a la instrumentación de mejores políticas, va de suyo que se afectaría el nivel de ingresos superiores ya que este segmento deberá, como dijo la Señora de Piñera en ese whatsapp que se filtró, renunciar a ciertos beneficios que hoy configuran verdaderos privilegios.

Esto significa que para que el potencial de nuestro mercado se concrete y comiencen a vislumbrarse mejoras, debieran pasar un mínimo de cinco años, siendo posible que en ese lapso algunos o todos ya se hayan retirado, lo que obviamente también no dejará de ser un indicio perjudicial.

Para ir terminando, lo que quiero poner en evidencia es como se desprecia el análisis político de cada realidad y siempre se piensa que las cosas le pasan a los otros, nunca a uno.

Otro vicio consiste en creer que si hay sociedades que reaccionan de un modo, se generaliza esa conducta y se omite pensar en que otras pueden hacerlo de otro modo aunque eso las perjudique.

Como anécdota, ilustrativa por cierto, días pasados me contaba un profesor de colegio secundario que le llamaba la atención la diferencia de rendimiento de sus alumnos, entre un grupo de cinco o seis que siempre obtenían las mejores notas, con el resto que le costaba llegar al mínimo para aprobar.

Pero más le sorprendió cuando un grupo de padres lo interpeló, reprochándole que esas diferencias no solo eran discriminatorias, sino que además ese grupo que sobresalía estaba integrado por una mayoría de chicas lindas, lo que sería suficiente para poner en duda la legitimidad de esas buenas calificaciones. (sic)

En este caso, si bien no quiero caer en la generalización anecdótica, pone un poco en evidencia de aquello sobre lo que Ortega escribió bastante, que es la atracción por la vulgaridad.

A modo de colofón, leía que la dirigencia política uruguaya a pesar de sus diferencias, no advierten la posibilidad que ocurran hechos similares a los de Chile.

Si el gobierno supiera trabajar este escenario de “seguridad social y certezas”, es posible que el país se pueda convertir en un destino apetecible para el turismo de la próxima temporada.

Como advertirá el lector el turismo tiene mucho que ver mucho más de lo que se piensa con la política.

Portal de América

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